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martes, 26 de enero de 2010

LIBERTAD DE EXPRESIÓN, ... existe?


“La libertad de expresión una vez más ha sido amenazada”. Así titulan y dejan entrever los medios de comunicación a los lectores del mundo, frente a la postura adoptada por el gobierno venezolano encabezado por Chávez, de prohibir ciertas señales televisivas que no se plegaron a la legalidad que obliga a todos los medios de ese país a transmitir las cadenas del gobierno. Pero quién en el mundo puede ostentar la verdadera libertad de decir lo que estime frente a situaciones de determinada naturaleza?.
La llamada libertad de expresión como significado es solamente un derecho fundamental señalado en el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos acordada en 1948 por las Naciones Unidas. Pero lo que ese acuerdo omite son las consecuencias de un derecho tan significativo. La llamada libertad de expresión en manos de criterios poco amplios, es dañina para la convivencia. La llamada libertad de expresión es asunto de cuestionamiento y casi ilegalidad cuando está en manos de una línea editorial. La llamada libertad de expresión es virulenta cuando no aplica los debidos conceptos en su manifestación.
Amparada en la información y en el derecho a informarse, la libertad de expresión es transversal al criterio y al pensamiento de cada cual. Tanto así, que el carácter objetivo de los hechos muchas veces se confunde con la capacidad propia para comprender lo que sucede verdaderamente. Nada en conclusión es absoluto, pues si observamos los resultados de una sencilla búsqueda sobre un mismo tema en la internet, nos encontraremos con miles sino millones de resultados y opiniones, posturas y manifestaciones diversas. Asimismo, la escritura de un periodista es inmensamente distinta a la de otro frente a un mismo episodio periodístico. Entonces cabe preguntarse, a quién debemos creerle?.
El asunto es la gradualidad de la credibilidad y muchas veces la confianza que nos genera la fuente que emite tales o cuales comentarios. Relevante es entonces la subliminal invitación al análisis y a la evaluación de los hechos desde un punto de vista (casi) objetivo.
Millones sufren muchas veces el desprestigio y la mirada ácida por decir lo que a todas luces es la verdad. A su vez comparativamente, millones viven en la tranquilidad porque reciben la información que les conviene, transformando así el tema de la libertad en intereses. Y en ese mundo de los intereses, hasta donde se conoce, no existen ni la libertad ni los derechos.