Concluída ya otra versión de la Teletón en Chile, a esta hora sobrepasando lo esperado como siempre, me permito mi sencilla opinión sobre este magno evento que reúne a todos los canales de la televisión abierta, algunas radioemisoras y en general al soporte comunicacional del país, en 27 horas de transmisión continua que lograron conmover una vez más la solidaridad de los chilenos. Existen es un hecho, una parte importantísima de compatriotas que cooperan ya sea con aportes de voluntariedad o económicos, los que permiten a esta noble iniciativa tener el impacto mediático en el que resulta. A todos ellos, a quienes favorecen la obra, y a quienes cooperan con su aporte, es digno reconocerles su mancomunión.
Por otro lado existen los detractores, quienes limitando en la vulgaridad, atacan y proponen teorías suspicaces que más que lograr la adopción de las ideas divergentes, generan un rechazo vertical a la lectura interpretativa de sus postulados.
Pero existe un sector transversal, que si bien reconoce la necesidad de obras rehabilitadoras como esta, que si bien comprende es importante existan además instancias solidarias de esta naturaleza, y que si bien respeta profundamente a quienes toman una u otra posición, cuestiona también algunas aristas de este movimiento de solidaridad. La crítica entonces se hace saludable y legítima, cuando no se comprenden ciertas situaciones que solo al alero de la solidaridad se realizan.
Es por tanto válido cuestionar puntualmente a todas las empresas que durante más de un mes publicitan sus productos con la finalidad de una donación porcentual sobre las ganancias. En este contexto, si el avisaje publicitario fuera abierto para todas las empresas grandes, medianas y pequeñas que quisieran donar, sería mayor el aporte a la obra. Es válido cuestionar también y quizás es lo más significativo, el hecho de que solamente la Rehabilitación tenga cabida en eventos de esta magnitud, siendo relevantes también otros segmentos de la salud, quienes trabajan silenciosamente en la recuperación de personas, teniendo aquellos, aportes solidarios solo de particulares y de las colectas autorizadas. Y por último es cuestionable, criticable y deja en tela de juicio que en Chile, todas las instituciones de beneficencia no entreguen estados financieros permanentes (o anuales) tanto de sus ingresos como de sus gastos, para de esa forma transparentar y desprender de suspicacia a sus portadores.
Para concluír, una de las premisas del dar … es precisamente despojarse del interés de recibir algo a cambio, si la donación ocurre de otra manera tiene otro nombre … objetiva e innegablemente es así.
Alejandro estoy de acuerdo con tu opinión con respecto al ayudar a una sola institución. El transparentar sus gastos,en este caso esta a la vista, todo lo que se ha ayudado es para construir centros, pagar el sueldo de empleados, tratamientos, etc...
ResponderBorrarY como dices el "dar" no lo que te sobre, dar sin recibir nada a cambio, dar con el corazón, dar porque tu hermano lo necesita.
Un abrazo, un agrado volverte a leer, abrazos.