jueves, 12 de noviembre de 2015

CRISIS DE PRINCIPIOS, ... replica formativa


El niño replica las actitudes y los gestos que se desarrollan en su entorno, y fundamentalmente aquellas que sus más cercanos realizan. Así es entonces como los valores formativos se van implantando, y estructurando una personalidad que se manifestará durante toda la vida. Cuando se habla de crisis moral y que nuestra Sociedad chilena está cayendo en abismos de intolerancia y violencia en todo orden, es porque los adultos de hoy replican socialmente los defectos de quienes vivieron en una Sociedad reprimida y que ha vivido y vive frustrada en muchos de sus ámbitos.

La crisis es generacional, y hace bastante tiempo estamos inmersos en ella, presenciando como hoy  sus acciones cada día nos sorprenden más. La crisis social, institucional, religiosa y moral, abunda en todos los sectores y al parecer sus verdaderos orígenes  -como sus catastróficos efectos- nos son aún desconocidos pues parece una historia sin fin. A diario nos sentimos golpeados con escándalos de la más diversa índole, pero asimismo y en primera persona, instintivamente sentenciamos que todos son culpables, menos cada uno de nosotros.

A estas alturas y como ejemplo de lo señalado, no sorprende que un niño (o varios) porte un arma de fuego y robe y amenace con violencia extrema a sus víctimas, no sorprende que un representante de la iglesia (o varios) abuse de niños y lo que es peor no reciba una sanción penal, no sorprende que un parlamentario (o varios) cumpla su función legislativa y a la vez en el cumplimiento de esas obligaciones se exponga públicamente tratando temas íntimos, no sorprende que grandes empresarios del papel de medicamentos de retail y de un cuanto hay se coludan en concomitancia para manejar a su antojo y beneficio los precios de artículos de primera necesidad, no sorprende que la popularidad de todas las fuerzas políticas e institucionales del país estén por los suelos y que por demás no tengan posibilidades de levantar el vuelo, no sorprende que los ciudadanos utilicen las redes sociales para descargar su frustración con una potencia grosera sin parangón, no sorprende que en la mayoría de las salas de clase del país los alumnos consideren al profesor su empleado y nunca lo vean como a un maestro.

Es análoga esta resumida reflexión con lo que señala en entrevista a un medio virtual el sacerdote jesuita Benito Baranda cuando dice “por supuesto que sí hay un problema de moral muy grande en Chile, de formación moral”. Esa precisamente es la faceta que cada uno replica hoy en nuestra Sociedad, donde cada cual sabe que sus derechos son tan amplios pero a la vez tan frágiles, que la similitud con la selva es cada día más parecida.

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