viernes, 9 de septiembre de 2011

PROCESIÓN, ... va por dentro




Transcurre la tarde y los cielos se encuentran despejados en la ciudad de Santiago el día Viernes 02 de Septiembre de 2011. En el cabezal de la pista del Grupo-10 de la Fuerza Aérea de Chile ubicado en la comuna de “El Bosque” al sur de la capital, se encuentra a punto de despegar el avión carguero CASA 212 fabricado en España con la singularidad de que éste ha sido habilitado para pasajeros, y con destino al archipiélago de Juan Fernández. Dos pilotos militares comandan la nave con cuyos 19 pasajeros, integran una misión de complemento a los trabajos de reconstrucción que se realizan luego del 27-F de 2010, cuando un Tsunami destruyó gran parte de la población urbana en esa zona peninsular del territorio chileno.

Las labores de apoyo de la rama aérea, se conjugan con las propias de la Armada (marina), quienes colaboran en todas las tareas de ayuda según la obligación soberana que les corresponde. Es así como la alternativa aérea, es utilizada en esta ocasión por su rapidez y también por los compromisos inmediatos de muchos de los pasajeros en el continente. Lo relevante es que el avión referido llegó a la isla como en muchas otras ocasiones lo hizo. Que hizo dos sobrevuelos a la pista del aeródromo O’Higgins, que no logró aterrizar … y que luego se hizo el silencio.

Por su alto nivel de daños y resultados fatales, los accidentes aéreos son indiscutíblemente más notorios que otros en tierra, más cuando estos cuentan con la particularidad de la imagen pública de algunos de sus pasajeros. Así entonces, integrantes de un programa televisivo matinal de larga data, filántropos y profesionales, abordan ese vuelo que tendrá un final trágico y definitivamente mortal que impactará profundamente a gran parte de los chilenos.

Transcurrida una semana en la que el dolor por la pérdida de los 21 integrantes del vuelo, ha sido origen de una operación de rescate no menor liderada por autoridades gubernamentales (lo que corresponde); ha sido materia diaria de reportajes televisivos y radiales interminables; ha sido centro de noticias que generan ansiedad por tener buenas nuevas que no llegan; ha sido parte de oficios religiosos y ecuménicos que buscan esperanza y tranquilidad espiritual; ha sido motivo de un sinfín de reconocimientos póstumos a los desaparecidos; ha sido también motivo de discusiones y debates que buscan responsabilidades en un hecho a mi juicio nunca intencional; y mucho más.

Frente a una tragedia mediática como esta y como sucede seguramente con cada uno de los padres, madres, hijos y familiares de los desaparecidos, es natural que la razón admita la pérdida definitiva más cuando los hechos tienen un final tan horrible, y es natural consecuentemente se derramen lágrimas. Pero también es natural que el sentimiento se aferre a la esperanza y hasta asegure que los desaparecidos continúan vivos, con ello demostrando la fortaleza y el vigor del sentimiento. Esa fractura entre la razón y el sentimiento no permite alejar ni por un instante la imagen de quienes han partido. Lo claro es que se justifica el sufrimiento, se justifican las manifestaciones de diversa índole, se justifican tantas horas de lo mismo.

Las circunstancias de dolor y sufrimiento, paradójicamente son las únicas que permiten apreciar y valorar la calidad humana de quien toma el viaje sin retorno de la muerte. Desde esta humilde tribuna me adhiero al dolor de los familiares, quienes no necesitan sino solamente tranquilidad y paz para sobrellevar el duelo. Gran parte de los chilenos sufren, pero esta tragedia llama a enorgullecernos de haber conocido a tan insignes compatriotas, que murieron realizando una actividad que les llenaba el corazón de júbilo, … eso es lo único que fundamentalmente debemos recordar.

1 comentario:

  1. He seguido la tragedia aérea por la tv realmente es triste lo ocurrido,lamentablemente son estas duras pruebas las q nos humanizan y sensibilizan para valorar todo lo q poseemos, no lo material, sabemos de más q al mundo venimos solos,desposeídos de todo y de la misma forma partimos, lo acumulado en la tierra en la tierra se queda....es importante q las personas hagan un stop para ordenar sus prioridades en sus vida, son estos casos los q nos enseñan q la vida no es comprada ni tiene precio, la vida es un soplo del viento tan frágil y delicada, hay q aprovecharla para hacer el bien, para amar intensamente al próximo, aprender a reir, también a llorar con el dolor ajeno, luchar para hacer nuestros sueños una realidad, amar lo q hacemos,nuestro trabajo sea un gozo y no una exclavitud, preocuparnos de hacer felices solo asi seremos felices nosotros...

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