martes, 22 de septiembre de 2009

HONDURAS, ... olvidó lo trascendente

Entretenida la política internacional cuando los líderes y sus baterías de asesores muestran sus capacidades y aptitudes, para desde comentar hasta determinar acciones. Ricardo Micheletti versus Manuel Zelaya es el tema hoy de la actualidad hondureña y que tiene a gran parte de América esperando saber sobre cómo se moverán las piezas en este tablero ajedrecístico. Desde el Golpe de Estado sucedido el 28 de Junio pasado que removió del poder a Zelaya se han venido sucediendo una serie de hechos significativos que como señales son bastante interesantes de analizar. Situado a miles de kilómetros de distancia e interiorizándome sobre los hechos que se publican, se palpa que Honduras caminaba por la senda de la crisis pololvidan los líderes a veces, que lo trascendente es la paz y sus consecuencias ... más que los conflictos y su escalada, de los que nunca se conoce su paradero finalítica hace no poco tiempo, muestra de ello es el hecho fundamental de convocar a la ciudadanía a que se pronunciara para resultado de ello, posibilitar una Asamblea Constituyente que modificara la Constitución hondureña. Vale decir, que las modificaciones Constitucionales son hechos que “marcan a fuego” la historia y la vida de una nación.
A mi juicio tienen razón los golpistas encabezados por Micheletti en tomar acciones que protejan la Carta Fundamental y los aspectos políticos de los poderes del estado hondureño. En lo que sí se han equivocado es en las consecuencias que un golpe de estado implica, pues éste tendrá repercusiones seguramente generacionales y de todo orden. La población que en su gran mayoría no se involucra ni está interesada en los aspectos políticos, recibe directamente la opresión de las fuerzas armadas, el abuso y atropello de los sin criterio, tanques y armamento de alto calibre en las calles que intimidan, toque de queda que no se comprende por los niños ni por aquellos que jamás han vivido un sistema de vida limitado, por otra parte, la polarización de los activistas que se separan a favor y en contra, en fin, una serie de cuestiones domésticas que indudablemente solo viven los hondureños … hoy a diario.
La comunidad internacional si bien ha adoptado la postura que le corresponde, apoyando la constitucionalidad legítima del gobernante Zelaya, también debería ser más enérgica con el mismo mandatario no permitiéndole asilarse en la embajada brasileña, sino que enfrentándolo con las debidas garantías a sus detractores, tras una negociación que impida el desencadenamiento de sucesos que cobren más vidas.
Micheletti está equivocado y Zelaya está equivocado, ambos deben tomar la senda del espíritu nacionalista y velar por lo más trascendente cual es Honduras, más que por los anhelos propios de ellos y de sus grupos. No olvidemos jamás, que el Presidente de una nación solo asume esa calidad jurando velar por la paz y por su pueblo, del mismo modo, también lo hace jurando quien toma el poder circunstancialmente.

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