Cumpliendo 57 días en Huelga de Hambre se encuentran 32 mapuches, quienes fueron apresados por infracción a la Ley Antiterrorista, y que con el atentado a sus propias vidas, buscan se les aplique el Código Penal. Vale señalar en dimensión punitiva, que la ley antiterrorista acrecienta significativamente las penas de cárcel, cuyos delitos en aplicación podrían ser interpretativamente similares a las infracciones del código penal. No es menor entonces que los huelguistas, prefieran ser encausados por una ley que en su sentencia, resultará en penas menores. Más cuando los mismos imputados, asumen que no desean liberación ni eximirse, sino juicio justo por los delitos que se les acusa.
Se menciona por algunos que las Naciones Unidas, han sugerido al Estado Chileno que abstenga la aplicación de esa ley al pueblo mapuche, pues su rigidez atropella ciertas acciones en derecho ejercidas. Otros dicen que los imputados en estas causas, han quemado propiedades inmuebles, forestales, y maquinaría, han atacado a familias de ciudadanos a los que han amenazado y hostigado reiteradamente, se han enfrentado a la fuerza pública con algunos resultados de muerte, que alguno fue activista y otros han recibido adiestramiento en Colombia bajo el régimen de las FARC, y que todo esto ha sido con la finalidad de llamar la atención a la causa mapuche, cual es la reivindicación de los derechos, el reconocimiento y la devolución de las tierras ancestrales al pueblo en referencia.
Este asunto de las etnias, es y ha sido complejo asunto para los estados en el mundo. En el caso chileno, objetivamente no se vislumbra una solución real a las demandas, más cuando hemos presenciado como mesas de negociaciones son rotas por frustración, por ansiedad de los demandantes, e incumplimiento de los acuerdos. Según las estadísticas de 5 millones de hectáreas “arrebatadas”, solo 600 mil se han devuelto. También a considerar, muchísimos más de los mapuches que habitan en la zona de la araucanía, viven a lo largo y ancho del país y no participan de la lucha o manifestaciones tras las demandas al Estado Chileno, siendo aproximadamente no más del 1% los activistas reales.
Los errores que resultan de esta situación son indiscutiblemente históricos, y están radicados en otra época. Por otro lado, es claro que las etnias han logrado avances en beneficios, es claro también que los gobiernos anteriores y no dudo los realiza también el actual, no han escatimado esfuerzos para lograr que los acuerdos se materialicen y se logre la tan ansiada y sana convivencia en la zona, también es claro, que en más de una oportunidad han sido postergados y lo seguirán siendo sin duda. Lo que sí es innegable ahora, es que se hace urgente una solución política que impida fallezca alguno de los huelguistas. En definitiva si se accede a la petición, cualquiera podrá tomar utilizar esta forma de presión contra el Estado. Y si se niega la petición, ya las cartas están echadas, y las consecuencias podrían ser imprevisibles.
Se menciona por algunos que las Naciones Unidas, han sugerido al Estado Chileno que abstenga la aplicación de esa ley al pueblo mapuche, pues su rigidez atropella ciertas acciones en derecho ejercidas. Otros dicen que los imputados en estas causas, han quemado propiedades inmuebles, forestales, y maquinaría, han atacado a familias de ciudadanos a los que han amenazado y hostigado reiteradamente, se han enfrentado a la fuerza pública con algunos resultados de muerte, que alguno fue activista y otros han recibido adiestramiento en Colombia bajo el régimen de las FARC, y que todo esto ha sido con la finalidad de llamar la atención a la causa mapuche, cual es la reivindicación de los derechos, el reconocimiento y la devolución de las tierras ancestrales al pueblo en referencia.
Este asunto de las etnias, es y ha sido complejo asunto para los estados en el mundo. En el caso chileno, objetivamente no se vislumbra una solución real a las demandas, más cuando hemos presenciado como mesas de negociaciones son rotas por frustración, por ansiedad de los demandantes, e incumplimiento de los acuerdos. Según las estadísticas de 5 millones de hectáreas “arrebatadas”, solo 600 mil se han devuelto. También a considerar, muchísimos más de los mapuches que habitan en la zona de la araucanía, viven a lo largo y ancho del país y no participan de la lucha o manifestaciones tras las demandas al Estado Chileno, siendo aproximadamente no más del 1% los activistas reales.
Los errores que resultan de esta situación son indiscutiblemente históricos, y están radicados en otra época. Por otro lado, es claro que las etnias han logrado avances en beneficios, es claro también que los gobiernos anteriores y no dudo los realiza también el actual, no han escatimado esfuerzos para lograr que los acuerdos se materialicen y se logre la tan ansiada y sana convivencia en la zona, también es claro, que en más de una oportunidad han sido postergados y lo seguirán siendo sin duda. Lo que sí es innegable ahora, es que se hace urgente una solución política que impida fallezca alguno de los huelguistas. En definitiva si se accede a la petición, cualquiera podrá tomar utilizar esta forma de presión contra el Estado. Y si se niega la petición, ya las cartas están echadas, y las consecuencias podrían ser imprevisibles.
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