martes, 8 de febrero de 2011

AUTOCRÍTICA, ... ausente o escasa?

Es tan difícil verse a uno mismo, como mirar para atrás sin volverse. Henry David Thoreau

Mirarse al espejo es una de las formas de autocrítica más comunes y desapercibidas que vivimos a diario. El ejercicio de observarnos, apreciar las huellas de la vida, alegrarnos de la imagen, desestimar lo que vemos, negar lo que miramos, cuestionar las facetas, en definitiva … el espejo retrata imágenes y pensamientos propios. Así, en ningún momento se materializa tanto la autocrítica como en esos instantes … tan cotidianos.

Es complejo contar con autocrítica. Se define como tal, “la capacidad de distinguir los propios defectos y de, enfrentándolos, proponerse hacer lo mejor posible para que éstos no continúen repitiéndose ni manifestándose. Es la capacidad de auto evaluarse y de ser sincero con uno mismo, admitiendo que nadie es superior a los demás excepto Dios (para quienes creen), y que todos sin excepción cometemos errores, razón por la que debemos esforzarnos para ser mejores, y así, con la autocrítica, poder ir madurando cada día más”.

Mirarse interiormente sucede generalmente cuando los hechos ya están consumados, pues es un estado natural al parecer, no comprender que la experiencia, la sugerencia, el asesoramiento, la mayoría de las veces los desestimamos y más aún, los subestimamos . Nuestra incapacidad de autocrítica es demasiado frecuente, en lo personal admito carezco demasiado de esta gran virtud.

Lo paradójico, es la interesante cualidad que todos sin distingo poseemos para descubrirla en los demás y en nuestro entorno. A diario, calificamos, criticamos, observamos y repudiamos la escases de este factor en las personas, en las instituciones, en los líderes, hasta en los componentes de nuestras familias. Por tanto si aplicamos la fórmula de que todos los demás no tienen esta capacidad, debemos sumar a aquella prioritariamente y antes, … la de cada uno.

1 comentario:

  1. Mirar la paja en el ojo ajeno, típico, nacionalista, tan metido en nuestra cultura. pareciera que somos cíclopes, tenemos un tremendo ojo para mirar las pifias del resto y un muy pequeño para escarbar nuestras miserias. Mirarnos al espejo, si fuéramos más asiduos a él en forma mental severa?, por dios que nos daría vergüenza siquiera opinar sobre el resto.

    Excelente editorial.

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