domingo, 20 de marzo de 2011

ADN, ... huella imborrable

En Enero pasado el comerciante Patricio Flores Mundaca de 43 años, interpuso ante tribunales chilenos una DEMANDA por PATERNIDAD contra el animador Mario Kreutzberger Blumenfeld, conocido internacionalmente como “Don Francisco”.

Luego de que el tribunal ordenara la realización de la prueba de ADN, varios hechos son llamativos en esta situación: 1.- ... La interposición de un RECURSO por parte del demandado para realizarse el examen fuera del país, argumentando una serie de compromisos que hacían “dificultoso” el cumplimiento de la orden emanada por el Juzgado respectivo. 2.- ... La denuncia de PRESUNTO INTENTO DE SOBORNO por parte del Director del Servicio Médico Legal a inicios de este mes, en contra de funcionarios del mismo organismo por la intención de cambiar las muestras de ADN tomadas al animador. Nótese que en este hecho aparece involucrado el hijo de Don Francisco, Patricio Kreutzberger, quien declarará como imputado ante la fiscalía respectiva en los próximos días. 3.- ... Las extrañas aristas de este caso, en el que los medios de comunicación han intentado desde un comienzo desprestigiar la calidad de la demanda, argumentando que Flores es un “aprovechador” de su similitud o parecido físico, y también que como comerciante endeudado busca una salida económica con sus acreedores mediante esta demanda.

Quienes somos más viejos, recordamos con nitidez las oportunidades (que no fueron pocas) en que modelos o mujeres que trabajaron junto al animador, le denunciaron públicamente por ACOSO SEXUAL (según Wikipedia en cuya biografía del animador señala que en Estados Unidos, en 1994, fue acusado de cometer acoso sexual en contra de la ex modelo de Sábado Gigante Ana Isabel Gómez. El hecho fue seguido por interés por la prensa latina de Estados Unidos y la prensa chilena (hasta ese entonces el acoso sexual era algo desconocido en Chile, por lo que el hecho fue importante para su divulgación como problemática social). Después de paralizar el proceso mediante un acuerdo extrajudicial en el que el presentador indemnizó a la modelo por la suma de 100.000 dólares, Don Francisco rechazó tales acusaciones, calificándolas como un intento de extorsión en contra de su persona). Y también recordamos, que así como aparecían también desaparecían perdidas en el universo del olvido. Lo que sí es innegable es que la suspicacia obliga a suponer que aquellos bullados casos, cayeron en la negociación o en el acallamiento de la voz contra el dinero. Me pregunto sobre el particular también: ¿es verdaderamente posible que alguna mujer: discretamente especial; o solo obnulidada en la imagen del dinero; o queriendo acceder a ciertos beneficios televisivos; … haya tenido algún tipo de relación amorosa con un personaje tan famoso?.

Las únicas hipótesis posibles en este caso son:

a) Si Flores es hijo legítimo de Don Francisco, no se puede negociar con él directamente ni con su abogado, pues la demanda por paternidad implica participación en el derecho patrimonial. Como consecuencia, sería válido buscar subterfugios, ardides y de un cuanto hay tras el cometido de desprenderse de la responsabilidad.

b) Si Flores no es hijo legítimo de Don Francisco, se suicidó jurídicamente pues la prueba de ADN negativa lo obliga a pagar las costas del juicio y lo deja expuesto a contrademanda por injurias. Esta figura legal, hace imposible pensar en que Flores fue y es iluso.

La intervención del Director del Servicio Médico Legal, señalando intención de soborno para cambiar las muestras, obliga a que los jueces a futuro tengan a su disposición dos o más resultados para un examen de esta naturaleza. Exámenes que a su vez, debieran ser logrados de instituciones diferentes y quizás desvinculadas de toda circunstancia entre sí. A su vez y a la luz de los hechos y considerando en especial el demacrado rostro del animador al enfrentar a los periodistas, lo que sucederá con este asunto, es que en un futuro no muy lejano alguien revelará que la demanda correspondía en derecho, que Flores sí es hijo biológico, pues el ADN no podrán jamás borrarlo y mucho menos ignorarlo, aún después de la muerte.

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