lunes, 5 de octubre de 2015

ROSTRO DEL PENSAMIENTO, ... redes sociales


Si usted es una de las millones de personas que acceden a su círculo social mediante las redes de la Internet, llámese Facebook o Twitter por mencionar las más populares, sabrá o habrá notado que en esos sitios el lenguaje es descarnado y fundamentalmente desinhibido.

Cuando digo desinhibido me refiero a la particularidad humana de espontaneidad y desenvoltura desenfadada. En el mundo real, esa condición desinhibida la provocan las drogas fundamentalmente, es así como no son pocos los que sólo se desenvuelven socialmente con alcohol o algún estupefaciente, logrando así prender o integrarse en una actividad donde haya más personalidades.

Facebook y Twitter como ejemplos en este contexto, contienen huracanes de insultos, de manifestaciones vulgares, expresiones de envidia y rechazo, y otras tantas irrepetibles, que jamás se dirían frente a frente entre interlocutores. He escuchado en múltiples ocasiones a figuras públicas muy respetables decir, que no tienen perfil en alguna red social pues no es saludable recibir insultos u ofensas, que muchas veces sino la mayoría no corresponden a sustentos reales.

Lo que sí es relevante, es la capacidad de cordura y sensatez a la que invitan las redes sociales cuando participamos de ellas. Se ponen a prueba entonces nuestra tolerancia y prudencia, y nos muestran su rostro como canes ladrando encima de nosotros esos que muestran sus colmillos y apuntan con su dedo juzgatorio, aquellos déspotas de la sociedad dueños de la verdad, y un sinfín de personajes poseedores de un perfil que les otorgó la particular forma de expresar todo lo que se piensa, ... todo (y sin excepción alguna).

En la realidad palpable no decimos todo y reprimimos según valores morales mucho de lo que se piensa. Se entiende entonces porqué las empresas y las instituciones en el mundo, están muy interesadas en conocer nuestra vida virtual, algunas para conocer sobre nuestras preferencias y otras definitivamente para conocer nuestra singular manera de pensar, ... y por ende cuál es y será nuestra actitud. Es benéfico el sistema de comunicación que nos ha brindado la tecnología existente, y que nos depara sin duda muchas más innovaciones. No obstante, debemos asumir el hecho que muchos en la actualidad no han percibido, que su voz, sus actos y su personalidad ya quedaron guardados para la posteridad.

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