Alguien comentaba en una conversación sobre la dramática situación en Chile, producto del reciente terremoto, la penosa imagen que dejaba en el mundo la acción de los chilenos quienes actuaban como verdaderos “animales” frente a la adversidad. Saqueo, pillaje, vandalismo, … en supermercados, locales comerciales, tiendas, empresas, y viviendas, justificando el actuar en nombre del hambre y de la necesidad. Pero puede verdaderamente justificarse una acción de esta naturaleza?.
La prevención es un factor fundamental en la sociedad. Se señala por los expertos por ejemplo: que solo la prevención evita y disminuye la drogadicción, se señala también de modo general que solo la prevención evita que toda consecuencia sea significativa. Pero en el ámbito de las responsabilidades, cómo es posible que la energía eléctrica sea un aspecto tan vital que si aquella falla, no existan equipos electrógenos que permitan autonomía a los bancos, a las grandes tiendas y a los supermercados.
La ciudadanía depende del sistema bancario para operar en el cumplimiento de sus compromisos, honorarios, sueldos y otras actividades comerciales, pues todos dependen de esa área de uno u otro modo para obtener dinero efectivo (debido a las tarjetas bancarias, de casas comerciales, de crédito, convenio y débito). Como consecuencia si deseamos obtener combustible, alimentos, medicamentos, u otro servicio de cualquier índole, … en muchos casos sino en la generalidad, dependemos de la energía eléctrica para que todo aquel sistema funcione y se lleve a cabo la transacción. Cómo entonces un expendedor de productos puede exigir pago a un cliente que no tiene cómo pagar?. Siempre debería existir algún modo alternativo de pago o compromiso de pago.
En este mismo orden es notable que un supermercado de la magnitud de los existentes en las grandes ciudades de Chile (1000 mt2 y más), no posean equipos energéticos que les brinden autonomía, pues una gran e importante cantidad de alimentos requieren mantener la cadena de frío para su conservación. Tanto más aún no se entiende que un supermercado, no se posea autonomía energética para obtener iluminación que brinde seguridad, mínima pero algo de claridad ante un evento natural.
No se justifica el vandalismo ni el saqueo, … pero la debilidad del sistema comercial y energético ha desnudado una gran deficiencia, la que nadie contempló y la que seguramente más de algún “preve” como se llama a los ingenieros de prevención y de riesgos, anunció. Y como siempre en virtud de los costos fueran aquellos onerosos o no, se omitieron. Sin electricidad nada funciona, … pero igual se puede continuar respirando, el problema es la tan alta dependencia, y la solución, la alternativa inexistente en la actualidad.
La prevención es un factor fundamental en la sociedad. Se señala por los expertos por ejemplo: que solo la prevención evita y disminuye la drogadicción, se señala también de modo general que solo la prevención evita que toda consecuencia sea significativa. Pero en el ámbito de las responsabilidades, cómo es posible que la energía eléctrica sea un aspecto tan vital que si aquella falla, no existan equipos electrógenos que permitan autonomía a los bancos, a las grandes tiendas y a los supermercados.
La ciudadanía depende del sistema bancario para operar en el cumplimiento de sus compromisos, honorarios, sueldos y otras actividades comerciales, pues todos dependen de esa área de uno u otro modo para obtener dinero efectivo (debido a las tarjetas bancarias, de casas comerciales, de crédito, convenio y débito). Como consecuencia si deseamos obtener combustible, alimentos, medicamentos, u otro servicio de cualquier índole, … en muchos casos sino en la generalidad, dependemos de la energía eléctrica para que todo aquel sistema funcione y se lleve a cabo la transacción. Cómo entonces un expendedor de productos puede exigir pago a un cliente que no tiene cómo pagar?. Siempre debería existir algún modo alternativo de pago o compromiso de pago.
En este mismo orden es notable que un supermercado de la magnitud de los existentes en las grandes ciudades de Chile (1000 mt2 y más), no posean equipos energéticos que les brinden autonomía, pues una gran e importante cantidad de alimentos requieren mantener la cadena de frío para su conservación. Tanto más aún no se entiende que un supermercado, no se posea autonomía energética para obtener iluminación que brinde seguridad, mínima pero algo de claridad ante un evento natural.
No se justifica el vandalismo ni el saqueo, … pero la debilidad del sistema comercial y energético ha desnudado una gran deficiencia, la que nadie contempló y la que seguramente más de algún “preve” como se llama a los ingenieros de prevención y de riesgos, anunció. Y como siempre en virtud de los costos fueran aquellos onerosos o no, se omitieron. Sin electricidad nada funciona, … pero igual se puede continuar respirando, el problema es la tan alta dependencia, y la solución, la alternativa inexistente en la actualidad.
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