jueves, 19 de agosto de 2010

TRABAJO, ... a qué precio?


Radiografía a la situación laboral en Chile, es precisamente lo que entrega la penosa situación ocurrida en la Mina San José en el norte de nuestro país, lugar donde se encontraron cara a cara: la necesidad de subsistencia y alimentación, contra una remuneración sostenida en riesgo vital, inseguridad y abuso.

Todos necesitamos un trabajo, también todos aspiramos encontrar uno que nos permita sobrevivir y tener una calidad de vida acorde a nuestros intereses. A su vez objetivamente hablando, trabajar es simplemente recibir un pago por una actividad realizada. Desde los aspectos de la independencia laboral, hasta los sujetos a circunstancias contractuales que poseen los dependientes, existen dificultades que el sistema normativo y sindical ha intentado optimizar, logrado mejorar y fallado también, en la tarea de garantizar tanto las condiciones laborales, como los criterios empresariales y políticos para los trabajadores. Claramente en este caso y seguro en miles de otros, los empleadores abusaron y abusan a diario. Lo no digerible, es el hecho que judicialmente sea tarea casi imposible llevar a juicio a los inescrupulosos, y más que las multas por faltas a la ley en esta área, contemporáneamente sean irrisorias.

En el mismo orden abusivo, hoy en muchas Pequeñas y Medianas Empresas (PYME), los trabajadores asumen y permiten se les “declare” el mínimo (oficialmente perciben la remuneración Mínima) teniendo realmente ganancias mínimas, con ello beneficiando solamente a la empresa (empleador), y perjudicando desde los aspectos propios de salud, también los de seguro de invalidez y sobrevivencia, y hasta la pensión futura que les corresponda según ingresos. Si bien esta es una manera perversa de ofrecer empleo, es aceptada generalmente en virtud exclusivamente de la necesidad del eventual trabajador. Pero vale señalar que esta modalidad tiene la desventaja de generar una rotación laboral mayor, también escaso compromiso del trabajador, y riesgos variables que van desde los conflictos mayores hasta los punitivos (hurto).

Alguien podrá señalar que todas las empresas y todas las instituciones, cuentan con su respectivo Comité Paritario, organismo que por Ley “debería existir” en cada empresa con 25 o más trabajadores, para precisamente velar por la seguridad y la higiene colectiva. Pero, la seguridad requiere de constante inversión y la higiene tanto más, y ante esto los empleadores generalmente eluden o postergan los acuerdos o las sugerencias propuestas. Alguien podrá también decir, que los Sindicatos (cuando existen) no poseen los grados de participación que les corresponde tanto al interior de sus empresas como en lo externo, pero esto es básicamente porque los empleadores perciben erradamente como “cogobierno” más que como “colaboradores” a los trabajadores que conforman estos grupos. Y los trabajadores a su vez, no poseen muchas veces la idoneidad, ni se manejan con los criterios que precisamente involucran los intereses laborales.

Las leyes, los aspectos normativos, la tecnología y la voluntad existen para perfeccionar y proteger a la clase trabajadora. Es buena en definitiva, la potente señal enviada por el Presidente Piñera, en cuanto a colocar en la agenda política y ciudadana, la evaluación y una eventual reforma al sector. Es saludable discutir, debatir y acordar puntos de consenso entre los actores del sistema laboral, que busquen no permitir se vuelva a repetir jamás, el error de colocar los intereses de algunos por sobre la vida de otros.

1 comentario:

  1. Esta historia no puede volver a repetirse....esta clase trabajadora debe tener todo tipo de seguridades, estoy muy satisfecha con las buenas noticias de los mineros, le expreso a usted y a todos los hermanos chilenos mi solidaridad, realmente espero de todo corazón esto llegue lo más pronto a un desenlace feliz.

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