Queda demostrado una vez más que solo la organización comunitaria y los esfuerzos de algunos contra todas las amenazas y las desventajas sociales, logran el mejoramiento de las expectativas y avizoran un futuro más óptimo.
En Junio de este año el Centro Comunitario La Caleta, organismo que aplica un programa de prevención infantil y juvenil financiado por el Servicio Nacional de Menores que trabaja al interior de la población La Legua (en Santiago de Chile), realizó una actividad oficial que tomó la opinión de los niños del lugar la que recuerdo sorprendió por sus resultados. Los menores concluyeron los principales problemas de su población: la “violencia del entorno” que frecuentemente aparece en la prensa especialmente ligada al narcotráfico; el “derecho a la educación” en virtud de los escasas alternativas tanto propias como de oferta educacional de calidad; el “maltrato intrafamiliar” que acusa graves dificultades al interior de los hogares; el “trabajo infantil en actividades riesgosas” pues algunos de los niños son forzados a trabajar en actividades de peligrosidad mayor ya sea porque son nocturnas o porque son estrictamente para mayores; y por último el “derecho a la recreación segura” factor transversal a la mayoría de los anteriores. Cómo se puede vivir y surgir en una población primero estigmatizada socialmente y segundo tomada por la violencia?
Aún así un entrenador de fútbol (Jaime Lizama) vecino del lugar, quien solo con empeño, pasión por la disciplina, cariño por los niños y los jóvenes, y sin remuneración alguna … logra salir adelante con aproximadamente 100 niños que conforman una escuela de fútbol. Parte de estos niños apoyados por Iván Zamorano y financiados por Chilectra, viajaron a España la semana pasada a jugar con las divisiones menores del Real Madrid obteniendo un triunfo.
Las escuelas de fútbol son poco costosas, generan valores disciplinarios, cultivan la responsabilidad, estrechan los principios de amistad y fundamentalmente educan en el respeto por el semejante. Estas actividades proponen siempre la competitividad y por tanto, siempre será favorable los niños conozcan desde su infancia que la vida tiene tanto derrotas como triunfos. La superación de la aparente derrota social debe transformarse en una tarea inconsciente y cotidiana, y a su vez, es favorable aprender que los triunfos proyectan la esperanza de una vida mejor … eso es lo verdaderamente relevante en esta grata noticia. (video Chilevisión Noticias Octubre 28 de 2009)
En Junio de este año el Centro Comunitario La Caleta, organismo que aplica un programa de prevención infantil y juvenil financiado por el Servicio Nacional de Menores que trabaja al interior de la población La Legua (en Santiago de Chile), realizó una actividad oficial que tomó la opinión de los niños del lugar la que recuerdo sorprendió por sus resultados. Los menores concluyeron los principales problemas de su población: la “violencia del entorno” que frecuentemente aparece en la prensa especialmente ligada al narcotráfico; el “derecho a la educación” en virtud de los escasas alternativas tanto propias como de oferta educacional de calidad; el “maltrato intrafamiliar” que acusa graves dificultades al interior de los hogares; el “trabajo infantil en actividades riesgosas” pues algunos de los niños son forzados a trabajar en actividades de peligrosidad mayor ya sea porque son nocturnas o porque son estrictamente para mayores; y por último el “derecho a la recreación segura” factor transversal a la mayoría de los anteriores. Cómo se puede vivir y surgir en una población primero estigmatizada socialmente y segundo tomada por la violencia?
Aún así un entrenador de fútbol (Jaime Lizama) vecino del lugar, quien solo con empeño, pasión por la disciplina, cariño por los niños y los jóvenes, y sin remuneración alguna … logra salir adelante con aproximadamente 100 niños que conforman una escuela de fútbol. Parte de estos niños apoyados por Iván Zamorano y financiados por Chilectra, viajaron a España la semana pasada a jugar con las divisiones menores del Real Madrid obteniendo un triunfo.
Las escuelas de fútbol son poco costosas, generan valores disciplinarios, cultivan la responsabilidad, estrechan los principios de amistad y fundamentalmente educan en el respeto por el semejante. Estas actividades proponen siempre la competitividad y por tanto, siempre será favorable los niños conozcan desde su infancia que la vida tiene tanto derrotas como triunfos. La superación de la aparente derrota social debe transformarse en una tarea inconsciente y cotidiana, y a su vez, es favorable aprender que los triunfos proyectan la esperanza de una vida mejor … eso es lo verdaderamente relevante en esta grata noticia. (video Chilevisión Noticias Octubre 28 de 2009)
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