“La libertad de expresión una vez más ha sido amenazada”. Así titulan y dejan entrever los medios de comunicación a los lectores del mundo, frente a la postura adoptada por el gobierno venezolano encabezado por Chávez, de prohibir ciertas señales televisivas que no se plegaron a la legalidad que obliga a todos los medios de ese país a transmitir las cadenas del gobierno. Pero quién en el mundo puede ostentar la verdadera libertad de decir lo que estime frente a situaciones de determinada naturaleza?.
La llamada libertad de expresión como significado es solamente un derecho fundamental señalado en el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos acordada en 1948 por las Naciones Unidas. Pero lo que ese acuerdo omite son las consecuencias de un derecho tan significativo. La llamada libertad de expresión en manos de criterios poco amplios, es dañina para la convivencia. La llamada libertad de expresión es asunto de cuestionamiento y casi ilegalidad cuando está en manos de una línea editorial. La llamada libertad de expresión es virulenta cuando no aplica los debidos conceptos en su manifestación.
Amparada en la información y en el derecho a informarse, la libertad de expresión es transversal al criterio y al pensamiento de cada cual. Tanto así, que el carácter objetivo de los hechos muchas veces se confunde con la capacidad propia para comprender lo que sucede verdaderamente. Nada en conclusión es absoluto, pues si observamos los resultados de una sencilla búsqueda sobre un mismo tema en la internet, nos encontraremos con miles sino millones de resultados y opiniones, posturas y manifestaciones diversas. Asimismo, la escritura de un periodista es inmensamente distinta a la de otro frente a un mismo episodio periodístico. Entonces cabe preguntarse, a quién debemos creerle?.
El asunto es la gradualidad de la credibilidad y muchas veces la confianza que nos genera la fuente que emite tales o cuales comentarios. Relevante es entonces la subliminal invitación al análisis y a la evaluación de los hechos desde un punto de vista (casi) objetivo.
Millones sufren muchas veces el desprestigio y la mirada ácida por decir lo que a todas luces es la verdad. A su vez comparativamente, millones viven en la tranquilidad porque reciben la información que les conviene, transformando así el tema de la libertad en intereses. Y en ese mundo de los intereses, hasta donde se conoce, no existen ni la libertad ni los derechos.
La llamada libertad de expresión como significado es solamente un derecho fundamental señalado en el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos acordada en 1948 por las Naciones Unidas. Pero lo que ese acuerdo omite son las consecuencias de un derecho tan significativo. La llamada libertad de expresión en manos de criterios poco amplios, es dañina para la convivencia. La llamada libertad de expresión es asunto de cuestionamiento y casi ilegalidad cuando está en manos de una línea editorial. La llamada libertad de expresión es virulenta cuando no aplica los debidos conceptos en su manifestación.
Amparada en la información y en el derecho a informarse, la libertad de expresión es transversal al criterio y al pensamiento de cada cual. Tanto así, que el carácter objetivo de los hechos muchas veces se confunde con la capacidad propia para comprender lo que sucede verdaderamente. Nada en conclusión es absoluto, pues si observamos los resultados de una sencilla búsqueda sobre un mismo tema en la internet, nos encontraremos con miles sino millones de resultados y opiniones, posturas y manifestaciones diversas. Asimismo, la escritura de un periodista es inmensamente distinta a la de otro frente a un mismo episodio periodístico. Entonces cabe preguntarse, a quién debemos creerle?.
El asunto es la gradualidad de la credibilidad y muchas veces la confianza que nos genera la fuente que emite tales o cuales comentarios. Relevante es entonces la subliminal invitación al análisis y a la evaluación de los hechos desde un punto de vista (casi) objetivo.
Millones sufren muchas veces el desprestigio y la mirada ácida por decir lo que a todas luces es la verdad. A su vez comparativamente, millones viven en la tranquilidad porque reciben la información que les conviene, transformando así el tema de la libertad en intereses. Y en ese mundo de los intereses, hasta donde se conoce, no existen ni la libertad ni los derechos.
Primero:
ResponderBorrarNo hay que olvidar que los Medios de Comunicacion pertenecen a grupos economicos de derecha, izquierda o cualquiera sea la ideologia. Entonces, lo que pudiera entenderse por "libertad" de expresion pura no existe.
Segundo:
Respecto a lo puntual del articulo, en el caso de Chile, la culpa fue de TVNacional, ya que no habia realizado los papeles de actualizacion. Penoso me resulto la opinion de algunos personajes criticando el autoritarismo de Chavez. Penso me resulto constatar que ningun medio les pregunto por sus opiniones equivocadas.
Tercero:
A esos Medios de Comunicacion que innformaron de lo sucedido con Chavez, quizas se les olvido o desconocian el veto impuesto por Piñera al periodista Ivan Nuñez o a no mostrar por las pantallas de Chile Vision el lienzo que tenia la Garra Brava de Colo Colo en un partido transmitido por ese canal.
Que mas podemos esperar, entonces?
Hola Alej@andro, como siempre interesante leerte.
ResponderBorrarBueno, la libertad de expresión es algo que legitimamente nos pertenece desde cuando nacemos y lloramos con toda la libertad que nos es posible ejercer. Pero con el avance la vida, vamos perdiendo esa apreciada libertad y muchas veces nos auto-limitamos el poder expresarnos. Es un sueño pensar en la libertad absoluta...siempre va a existir la censura en algún grado.
Un beso amigo mio.