viernes, 17 de septiembre de 2010

CHILE BICENTENARIO, ... sentimiento patriota


En nuestro país, desde cuando asistimos al colegio en prebásica y hasta terminada la enseñanza media, todos los Lunes antes de entrar a clases y en formación, entonamos el Himno Nacional de Chile y luego oímos un discurso referente al tema cívico de la semana. Recuerdo en lo personal que esa rutina de canto nos agotaba, y durante esos momentos algunos charlábamos sobre situaciones vividas el fin de semana, copiábamos la tarea olvidada, y hasta estudiábamos las nociones de ese examen inmediato para el cual nada de nada recordábamos. Ya adulto, ese acto cívico vivido en la infancia y la adolescencia, marca y se convierte en notable cuando se entona la Canción Nacional en circunstancia de un acto ciudadano, un acto oficial y hasta producto de un evento deportivo internacional. En esos momentos se dimensiona y se valora la nacionalidad, el patriotismo, la descendencia, el origen y la historia de nuestro pueblo.

Este preámbulo en contexto de que nuestro CHILE, por estos días (18 de Septiembre) cumple 200 años de historia independiente y quienes asistimos a presenciar este evento tan significativo, nos sentimos empapados de nacionalidad, y de reconocernos habitantes de esta patria que nos permite la maravillosa condición de ser chilenos. Han comenzado ayer en el Congreso de la República en Valparaíso, las actividades que conmemoran esta fiesta, la que con muchas otras a lo largo de nuestra nación nos hincharán este tan arraigado espíritu que nos emociona.

Quizás miles de chilenos en el extranjero, hoy observan en la distancia pe
ro con el corazón en esta nación, añorando los hermosísimos paisajes del norte del centro y del sur de esta angosta y larga faja de tierra, recordando la hermosa flora, la diversidad de su fauna, los campos que hasta parece se huelen, y su gente especialmente sencilla. Suspirando por todos esos platos exquisitos y chilenos cuyos aromas culinarios se llevan por toda la vida, en especial las exquisitas y chorreantes empanadas de pino, y saboreando aún en el paladar ese vino nuestro tan famoso en todo el planeta. Cómo omitir la majestuosa cordillera esa que se apreció eterna desde el avión que les alejó y que parece un muro imponente no sé si protegiendo u ocultando este bello país, pero también cómo no dedicar un pensamiento a ese inmenso océano que baña todo el litoral y que admito es mi debilidad, el mar lo es.

Me gratifica tengamos la oportunidad de vivir estos 200 años, pues es seguro los 300 no tendremos la ocasión de festejar ni de vivirlos, porque ya no estaremos. Cómo será ese país en ese entonces?. Tengo la secreta esperanza sea ese país que no se preocupe tanto del desarrollo sino de la sonrisa de cada uno de sus habitantes, que se esmere por trascender la educación por sobre los intereses, que sostenga la salud como pilar fundamental, y que se proponga el respeto de todos y para todos.

Quizás el mundo es ajeno a esta circunstancia, pero hoy aquí somos 17 millones conmemorando, y alrededor del mundo son miles los que también sienten este orgullo profundo y solo nuestro de SER CHILENOS, … ¡¡VIVA CHILE!!.

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