El día de ayer como pocas veces, miraba el noticiero de la noche en un canal de televisión y en el que uno de los reportajes llamó especialmente mi atención, este se refería a la Pérdida de Personas en nuestro país, entre ellos niños, jóvenes y adultos. El periodista en su reportaje entregó cifras de 17000 denuncias a la fecha por pérdidas, abandono o fuga del hogar y otros, y asimismo, que 1600 de aquellas denuncias aproximadamente, el día de hoy no tienen solución y por tanto aquellos están perdidos de acuerdo con la información de la Policia de Investigaciones de Chile y Carabineros de Chile. Intervenían en el programa dos madres cuyas pérdidas les motivaban a continuar en sus incansables búsquedas, notable era que una de esas tenía data de 1990. En especial me causó un gran impacto el de aquella niña perdida durante años y de la que finalmente fueron encontrados sus restos, pues había sido asesinada por un personaje que la había enterrado en un terreno de su propiedad que estaba situada justo en el lugar, por donde a diario la niña circulaba en su trayecto al colegio. En el contexto del significado de esta situación, reuní a mis hijos y les comenté una situación personal vivida hace muchos años y que me pareció pertinente traerla a colación para entrar en el debate, y especialmente para lograr se tomara conciencia sobre los cuidados y medidas preventivas que se deben considerar a la hora de transitar solos o bien, al momento de que personas desconocidas nos manifiesten intenciones extrañas.
Como señalaba, en mi niñez (11 años más menos) y en una de aquellas oportunidades en que caminaba solo por la calle y en dirección a mi casa (sin ser tarde, sino recién caída la noche), recuerdo un hombre con una deficiencia física notable se me acercó no recuerdo con qué argumento, luego de unos segundos y como si fuera hoy, él me invitó a un lugar y me miró con esa mirada que jamás olvidaré y que de seguro la han visto la mayoría de las personas en su vida, cual es la mirada de la perversión. En esos momentos e instintivamente corrí y ya en mi casa olvidé lo sucedido hasta el día de hoy en que escribo sobre este suceso, que concluyo tuvo un final para mí favorable, y que de seguro para muchos niños y jóvenes perdidos no lo es tanto. No quiero con esto situar el problema de los perdidos en el tema del abuso, pero sin duda en la hora de los análisis estadísticos no deja de ser relevante. Lo anterior no dejando de considerar el tema de la Trata de Blanca o tráfico de personas, que también no deja de ser importante.
Mis hijos luego de oírme, emitieron cada uno sus juicios sobre lo ocurrido y sobre también algunos sucesos que desde sus propias perspectivas eran tangenciales, y que a ellos les había ocurrido con algunas personas desconocidas, en los trayectos especialmente.
Concluimos era vital y necesario, alertar doblemente los sentidos para evitar engaños de desconocidos en la calle y también asimismo, admitir y considerar siempre que así como hay gente bondadosa, gentil, voluntariosa y generosa, también las hay que no lo son … mi hijo recordó el robo de su celular y de su reloj camino al colegio y de cómo los delincuentes le timaron y conminaron a hacer entrega de lo referido, … mi hija mayor recordó como unos jóvenes en un microbús habían sido tan gentiles al permitirle el paso y así “acomodarla” para robarle,... mi otra hija trajo a colación el caso de los engaños de las gitanas timando a los transeúntes para sacarles dinero y de cómo alguna de ella había quitado casi todo a una compañera de liceo, … llevábamos a la hipótesis el hecho de cuántos casos por violación no son denunciados por el temor a la verguenza y a la exposición pública, ... el análisis y los comentarios apuntaron precisamente hacia donde quería llegar finalmente, cual era la sensibilización y el asumir los peligros de la sociedad están mucho, muchísimo más cerca de lo que creemos ... cuidado y alerta siempre, por favor ...
Mis hijos luego de oírme, emitieron cada uno sus juicios sobre lo ocurrido y sobre también algunos sucesos que desde sus propias perspectivas eran tangenciales, y que a ellos les había ocurrido con algunas personas desconocidas, en los trayectos especialmente.
Concluimos era vital y necesario, alertar doblemente los sentidos para evitar engaños de desconocidos en la calle y también asimismo, admitir y considerar siempre que así como hay gente bondadosa, gentil, voluntariosa y generosa, también las hay que no lo son … mi hijo recordó el robo de su celular y de su reloj camino al colegio y de cómo los delincuentes le timaron y conminaron a hacer entrega de lo referido, … mi hija mayor recordó como unos jóvenes en un microbús habían sido tan gentiles al permitirle el paso y así “acomodarla” para robarle,... mi otra hija trajo a colación el caso de los engaños de las gitanas timando a los transeúntes para sacarles dinero y de cómo alguna de ella había quitado casi todo a una compañera de liceo, … llevábamos a la hipótesis el hecho de cuántos casos por violación no son denunciados por el temor a la verguenza y a la exposición pública, ... el análisis y los comentarios apuntaron precisamente hacia donde quería llegar finalmente, cual era la sensibilización y el asumir los peligros de la sociedad están mucho, muchísimo más cerca de lo que creemos ... cuidado y alerta siempre, por favor ...
Hola Alejandro, antes de comentar este artículo, quiero felicitarte por este espacio. Está muy bien hecho y cumple absolutamente su objetivo de hacernos reflexionar.
ResponderBorrarSobre este artículo, también alcancé a ver algo de esa noticia, y tal como tú dices sorprende la cantidad de casos sin solución, pero mi reflexión en esto se orienta a que más me sorprende en ¿quienes se agotan los recursos públicos para buscarlos? Es cosa de ver todo el revuelo que causó el caso Matute Jones, en donde por ser una familia con recursos económicos, fueron capaz de movilizar a la prensa en general por meses, para llegar a la verdad, nunca se terminó la búsqueda hasta que aparecieron sus restos. Cosa que no ocurre cuando se pierde un joven o niño en una familia más humilde, en donde no pasa de quedar en una “lista de personas perdidas”. Esta situación se puede ver en todo orden de cosas la verdad. Recientemente tres jóvenes murieron en la Costanera norte por ir a 148 km por hora o más, en donde me preocupe especialmente de ver en los distintos canales de televisión el cómo transmitían la noticia, y en ninguna de las que observé, se dijo que venían con la influencia del alcohol, en circunstancias que evidencias de esto si tenían (se encontraron botellas con alcohol en su interior). Estas familias eran familias también acomodadas de la región de Rancagua. ¿ Será que lo hacen para cuidar imágenes? Mmm no sé!!. Esto mismo no ocurrió por ejemplo en un accidente de tránsito de hace unos meses atrás en donde un bus de la locomoción colectiva al chocar murieron un número determinado de pasajeros y lo primero que se dijo, fue que el chofer venía con la influencia del alcohol porque encontraron un vaso de vino en su interior, lo que puede ser cierto, no es el tema, sino la desigualdad en como la prensa muestra los casos con causas similares, solo por la diferencia económica.
Otro caso de esta desigualdad e inversión de recursos públicos, fue de hace un tiempo en donde un joven hijo de una familia acomodada, se perdió en un lago en el Sur. Este lago tiene un fondo pantanoso, así es que las posibilidades de encontrarlo eran remotas, es más, por estas condiciones a los lugareños no pasa de 3 ó 4 días de búsqueda, pero a este joven un mes lo estuvieron buscando, sin resultados positivos obviamente. Siendo así las cosas en este país, tan desiguales en muchos aspectos… ¿qué posibilidades de protección social tienen las familias de escasos recursos e incluso las del nivel económico medio? (que son las más…)
MIs saludos, Vic