Porqué de pronto me queda la sensación de que las grandes personas, se nos van de la vida teniéndonos acostumbrados a su presencia. Ha fallecido a los 97 años Monseñor Eladio Vicuña, hombre que dedicó su vida a la Iglesia Católica y a divulgar su convicción religiosa especialmente entre quienes más lo necesitaban.
Lo que señalo me consta, pues tuve la fortuna hace unos años de conocer a este hombre que fundamentalmente se preocupaba por los niños y por los jóvenes, no materialmente sino espiritualmente, haciéndoles regalos de libros e imágenes que contenían mensajes de alto contenido más valórico que religioso. Recuerdo y recordaré siempre como anécdota el llamado suyo a las jovencitas a llegar vírgenes al matrimonio, y producto de ello ver con mis ojos los rostros de aquellas niñas, cuyas muecas extrañas expresaban el no comprender de qué les hablaba Monseñor. Recuerdo hoy también la agenda siempre ocupada hasta los últimos meses de vida, la que contemplaba fundamentalmente la liturgia especialmente cariñosa en los colegios católicos que atendía en su calidad de pastor.
Sin duda sembró, sin duda se queda en el alma y en el recuerdo de todos los que esperamos tener una Sociedad con personas que valoren la vida y respeten a sus semejantes.
Mi sencillo y humilde homenaje a un gran hombre, que innegablemente está a la altura de los íconos de nuestra nación, que dejaron un legado y que son eternos en la historia chilena. Hoy quienes reconocemos su aporte a la sociedad estamos de luto ...
Lo que señalo me consta, pues tuve la fortuna hace unos años de conocer a este hombre que fundamentalmente se preocupaba por los niños y por los jóvenes, no materialmente sino espiritualmente, haciéndoles regalos de libros e imágenes que contenían mensajes de alto contenido más valórico que religioso. Recuerdo y recordaré siempre como anécdota el llamado suyo a las jovencitas a llegar vírgenes al matrimonio, y producto de ello ver con mis ojos los rostros de aquellas niñas, cuyas muecas extrañas expresaban el no comprender de qué les hablaba Monseñor. Recuerdo hoy también la agenda siempre ocupada hasta los últimos meses de vida, la que contemplaba fundamentalmente la liturgia especialmente cariñosa en los colegios católicos que atendía en su calidad de pastor.
Sin duda sembró, sin duda se queda en el alma y en el recuerdo de todos los que esperamos tener una Sociedad con personas que valoren la vida y respeten a sus semejantes.
Mi sencillo y humilde homenaje a un gran hombre, que innegablemente está a la altura de los íconos de nuestra nación, que dejaron un legado y que son eternos en la historia chilena. Hoy quienes reconocemos su aporte a la sociedad estamos de luto ...
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