lunes, 7 de diciembre de 2015

NO ROBARÁS, ... sea poco o mucho

Alguna vez usted voluntariamente se ha adueñado de un elemento, de un objeto, o de dinero que no le pertenecía?, definitivamente no creo exista alguien en el planeta que no haya estado expuesto a esa circunstancia de la apropiación de lo ajeno. La respuesta a su vez instalará la gradualidad con que esa acción se llevó a cabo, señalando que el hecho no tuvo mayor o ninguna consecuencia, con esta actitud haciendo énfasis en que hay gran diferencia entre quien roba mucho y quien roba poco, y también hasta se apelará a la frecuencia mucha o mínima.

Concordamos entonces que en el colectivo está instalada la concepción de que un robo insignificante no conlleva importancia y por tanto es algo así como un aspecto irrelevante. Sin embargo, usted está en condiciones de determinar que un robo no tiene consecuencia si aquel es demasiado pequeño?. El robo en sí como acto, tendrá siempre una consecuencia variada y nunca favorable. Se perderá la confianza, caerá el prestigio, rondará la suspicacia, se culpará a inocentes, y pocas veces o casi nunca se purgará la falta.


Como existe la legítima tendencia a las comparaciones, es natural traer a colación lo que sucede en los tiempos actuales con personas, autoridades, organismos, instituciones tanto públicas como privadas, nacionales e internacionales respecto de este acto humano. Presenciamos que en todo ámbito de la vida pública se desenvuelve este germen, entre parientes, entre amigos, la pregunta entonces quizás es "quién no me robará?".

De un modo u otro, lo cierto es que la "oportunidad hace al ladrón" pues algunos la buscan y otros la encuentran. Conclusión, todos hemos robado y robaremos en algún momento de nuestras vidas. Cada uno sabe cuánto, cómo, y a quién, lo prioritario es cesar de rasgar vestiduras frente a aquellos que fueron sorprendidos y vociferar casi con alaridos que todos los demás son ladrones, ... pues si llegara a suceder que seamos culpables, también tendremos que admitir ante todos quienes corresponda nuestra culpa.

El robo lo sanciona la ley de los tribunales humanos y al parecer también lo castiga la ley divina, es una falta y también un delito, ... que nace y se desarrolla en nuestra propia vulnerabilidad y en nuestra débil formación valórica y social en la que vivimos, pues admiramos (y hasta protegemos) al ladrón y ridiculizamos además de despreciar al honrado.

2 comentarios:

  1. Debería contestar o "comentar" mejor dicho todos los escritos de tu blog, pero resumo: escribes muy bien, eres ameno,de lenguaje fácil, entretenido y super ágil, inteligente y agudo en los conceptos. Me gusta que la gente escriba, charle por estos medios, opinen, tengan fuerza que mueva las masas en el bien. No claudiques nunca. Ojalá edites y si haces eso me invitas a celebrar tus libros ¡ SUERTE Y ENHORABUENA !

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