Fueron 1.266 los muertos en accidentes de tránsito por atropello o colisión durante 2008. El fin de semana largo como el recién pasado en que nuestra nación conmemoraba las glorias navales (21 de Mayo), tuvo como resultado la lamentable cifra de 23 fallecidos en 709 accidentes producidos en las diferentes rutas, calles, y carreteras de nuestro país.
Nuestra idiosincrasia acostumbra a gran parte de los chilenos a beber alcohol en sus reuniones sociales, familiares, de distracción y hasta de negocios, luego, es considerado audaz y hasta casi natural conducir luego de aquellas ocasiones. Algunos paradójicamente, expresan conducir mejor cuando han bebido. Nada más alejado de la realidad y de las estadísticas.
En los estudios y está comprobado, los reflejos y la reacción disminuyen notablemente cuando la sangre posee miligramos de alcohol en cantidad. Por tanto es un riesgo mayor manejar y conducir en estado etílico. Agreguemos a este análisis, la ecuación de que en un vehículo la velocidad es inversamente proporcional a la gobernabilidad, y vaya que cuesta poco presionar el acelerador.
Todo lo anterior, desde el punto de vista de un conductor pasa necesariamente por su propia responsabilidad, pero ¿qué responsabilidad tienen los acompañantes y las víctimas de un conductor ebrio? ... No están equivocados los que señalan la mayor relevancia y urgencia, por insertar en la educación escolar, los aspectos señaléticos y de conductas en el tránsito, asimismo también, no está equivocada la presidenta Bachelet en su propósito de incluír este tema en su discurso de cuenta a la nación dirigido al país el 21 de Mayo pasado, haciendo un llamado a toda la sociedad chilena y a todas las instancias ejecutivas, legislativas y judiciales, a prevenircon mayor eficacia y endurecer las penas ante estos hechos.
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