Alguien me decía hoy a modo de sugerencia que publicara mi opinión en este sitio, sobre el tema de la liberación de Ingrid Betancourt. Al responderle me quedó la sensación de estar algo ajeno a los asuntos mediáticos situación que no es tal.
Sobre este particular tema solo tengo un radical opinión, la que sin lugar a dudas y que como todos siento una especial satisfacción por la liberación no solamente de la señora Betancourt, sino también de las otras personas que fueron (según yo) no liberadas sino más bien rescatadas, esto indistintamente de las versiones que brindan tanto unos como otros.
Pero hay dos aspectos para mí fundamentales dentro de esta gravitante situación. Primero la felicidad que disfrutan hoy los familiares al tener por fin con ellos a sus seres queridos, personas despojadas violentamente de su hábitat propio viviendo a diario la incertidumbre de no saber si lograrán o volverán algún día respirar la libertad. Segundo la poco saludable exposición y comentarios inmediatos de la señora Betancourt, queriendo sin duda colaborar con la política de su país e internacional, para lograr tanto la conmoción de los guerrilleros de las FARC, como la recuperación de las relaciones diplomáticas de su país con los vecinos americanos.
Porqué poco saludable? … porque a mi juicio lo prioritario es la familia y los seres queridos son lo relevante, y por tanto todos y absolutamente todos los liberados sin excepción deben abandonarse al afecto y el amor que por tanto tiempo no han disfrutado. ... Luego de un tiempo significativo, cuando exista un conocimiento nítido del espectro social y político, y cuando se conozcan verdaderamente las razones de esto o de aquello, se podría comentar o dinamizar aún más una exposición pública, disminuyendo con ello las posibilidades de equívocos y palabras que luego quizás generen ánimos contradictorios entre los adherentes, los antagonistas y en la población en general.
Indudablemente los diversos intereses acuden al llamado de aquellos que desean siempre posesionarse de sus ambiciones, pero lo más gravitante ahora, mañana y siempre, es preocuparnos para que quienes continúan secuestrados tanto en Colombia como en tantos lugares del mundo (hasta en sus propios hogares) recuperen la tan ansiada libertad … que al igual como todo lo que creemos nuestro, cuando no se posee se ansía y se desea tanto.
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