El tráfico de personas especialmente mujeres, niñas y niños, tercer flagelo que ataca a la población mundial después del tráfico de armas y la droga, es uno de los problemas que debemos tener muy en consideración no importa el lugar del planeta en que nos encontremos.
Hoy me permití el tiempo suficiente para ver la película “Trade”, cuya trama trata precisamente y de modo descarnado el negocio de venta de personas en el mundo. La película me instó a colocarme en situación muy incómoda, pues si bien el final es “feliz”, me dejó un sabor a impotencia y una falta de responsabilidad social enorme. La película asimismo señala en su epílogo que son aproximadamente 1 millón de personas los que están perdidos. Existen según cifras de la ONU aproximadamente 2, 5 millones de mujeres, niños y niñas especialmente, que se encuentran en la actualidad perdidos, según estudios también dedicados al trabajo forzado y gratuito, a la prostitución y también para satisfacer el mercado negro de órganos para trasplante.
En este ámbito días atrás me daba cuenta, de que las cuentas por servicio de electricidad en mi país, en su reverso traen algunas fotos de personas perdidas cuyo paradero es desconocido. Leyendo un poco más sobre el tema me informaba de que en los países sudamericanos este tema es muy y demasiado frecuente (Brasil, Argentina, Ecuador, Colombia, Panamá, Venezuela, Chile, etc.) … pero tan poco publicitado e informado. Al parecer el dinero es poderoso, e impide que las acciones y sus efectos lleguen a la población.
Te invito a que te informes … sino por curiosidad, hazlo por las familias que han perdido sus hijos, hazlo también por los tuyos … nunca sabemos de qué se trata un flagelo sino hasta cuando lo vivimos.
Hoy me permití el tiempo suficiente para ver la película “Trade”, cuya trama trata precisamente y de modo descarnado el negocio de venta de personas en el mundo. La película me instó a colocarme en situación muy incómoda, pues si bien el final es “feliz”, me dejó un sabor a impotencia y una falta de responsabilidad social enorme. La película asimismo señala en su epílogo que son aproximadamente 1 millón de personas los que están perdidos. Existen según cifras de la ONU aproximadamente 2, 5 millones de mujeres, niños y niñas especialmente, que se encuentran en la actualidad perdidos, según estudios también dedicados al trabajo forzado y gratuito, a la prostitución y también para satisfacer el mercado negro de órganos para trasplante.
En este ámbito días atrás me daba cuenta, de que las cuentas por servicio de electricidad en mi país, en su reverso traen algunas fotos de personas perdidas cuyo paradero es desconocido. Leyendo un poco más sobre el tema me informaba de que en los países sudamericanos este tema es muy y demasiado frecuente (Brasil, Argentina, Ecuador, Colombia, Panamá, Venezuela, Chile, etc.) … pero tan poco publicitado e informado. Al parecer el dinero es poderoso, e impide que las acciones y sus efectos lleguen a la población.
Te invito a que te informes … sino por curiosidad, hazlo por las familias que han perdido sus hijos, hazlo también por los tuyos … nunca sabemos de qué se trata un flagelo sino hasta cuando lo vivimos.
Hola, leí tu rtículo y me parece asante interesante, eo que eres una de as pocas personas que toma la iniciativa de mostrar aquellos sucesos horrorosos que sacuden a toda Latinoaméica; desgraciadamente, en ests países hay ucha corupción y el dinro es aquel que manej todo el pa´s, no así el estado que se contruye con personas poderosas, que no son capaces de mirar e fondo de las cosas que sucden...
ResponderBorraraquellos sucesos detro del país están ocultos, es mu difíci de conocer casos de esos, ya que se mntiene ocultos.
A la vez creo que hay personas que lo hacen por necesidad; por ende eltema no raica tn solo en algo que atne contra e derecho de as persons, si no que muhas personas lo hacen voluntariamete.
Disculp si mi crític es un pco basica, pero no estoy tn informada hacerca e ese tema.
no hay crìticas bàsicas ... solo hacerlas es lo importante, eso permite te agradezca la visita y la reflexión, gracias Francisca.
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