martes, 12 de junio de 2007

TRABAJO, ... sustento y pedagogía

A la luz de los acontecimientos surgidos en el marco del paro de conductores del Transantiago realizado ayer (choferes trabajadores que buscaban sus demandas fueran atendidas), reflexionaba en el interesante abanico de situaciones que se generaban de manera paralela a este gran tema, que sin duda, está gravitando de manera especialmente relevante en las intenciones políticas para un nuevo gobierno de la concertación.
Pero quisiera situarme en un área más bien humana la que dice relación con el trabajo, sus demandas, derechos, obligaciones y aristas que pocas veces se nos ilustran. El trabajo se señala generalmente dignifica, en lo personal y en el desarrollo al que cada persona aspira. El trabajo permite alcanzar y sustentar muchos sino la mayoría de los logros en la vida. Pero, cómo vemos el trabajo desde la perspectiva cotidiana? … esa perspectiva que cansa, que agota, que oprime, que en algunos casos humilla, etc … Hace unos días alguien me comentaba las dificultades que tenía en su trabajo, y compartía también con aquella persona, que generalmente en el trabajo (salvo las honrosas excepciones) la gente vive la desventura de tener momentos no gratos, pues en este contexto nos estamos desenvolviendo en un ámbito en el son varias las figuras que se desenvuelven : el empleador o la institución que siempre o generalmente solo espera rendimientos y productividad, … el superior que también tiene necesidades y que no escatimará en hacer trascendente lo propio por sobre lo laboral, siempre en ese caso dejando entrever su criterio, el que rara vez es amplio. Hay jefes buenos y hay jefes malos y los hay también ni lo uno ni lo otro … los colegas buenos, que son aquellos que nos permiten aprender, que nos cautelan el camino, que nos estimulan la prudencia, que están atentos a brindarnos ayuda para que sigamos proyectándonos, etc. … los colegas que todo lo ven con la mirada de la competitividad, que todo para ellos hasta los saludos son espacios por ganar o ganados, colegas que son mucho más rígidos y agresivos cuando se cruza el umbral de las confianzas y se sienten sobrepasados por rendimientos o bien por capacidades, … y por último … el más importante dentro del ámbito del trabajo … nosotros mismos, algunos de los que desafortunadamente pensamos estamos trabajando para hacer favores más que para cumplir con una tarea, …. algunos de aquellos que hemos jurado al momento de ofrecernos para ejercer una función que lo haremos de la mejor manera, cuando en verdad quizás no es tan así pues carecemos de la autocrítica.
Recuerdo hace unos años la situación acaecida ante mi vista y que trataba de la inundación de una estación de metro, producto de las lluvias continuas de varios días … uno de los guardias de seguridad fue invocado para colaborar en el vaciado del agua y así evitar la inundación … en esos momentos un superior recuerdo hizo el ademán de entregarle al guardia un escobillón de goma para que ayudara en esa tarea … entonces el guardia le dijo a quien le pasaba el elemento mencionado: “yo fui contratado para hacer guardia, no para sacar agua ni mucho menos barrer” … Indistintamente del historial de simpatías o apatías que cada uno de los protagonistas de ese momento haya tenido previamente, lo natural si el lugar de mi trabajo se inunda es que colabore en esa tarea … aunque sea jefe, guardia, gerente o cajero. Creo que de modo similar sería natural lo que señalo, si fuese el fuego el que atentara contra el lugar o bien cualesquier otro siniestro. Sin duda, quien no toma un compromiso corporativo con su trabajo, difícilmente entenderá que el trabajo le permite alimentarse y alimentar a su familia entre otras necesidades propias, no obstante también con el hecho de sobrellevar el conflicto interno de la insatisfacción por la remuneración que se recibe, pues siempre querremos ganar más, poco o mucho siempre más.
Es común recibir comentarios como “el pago de chile” en referencia a un grado de malagradecimiento por parte del empleador cuando quizás si me despidieron no fue precisamente porque me deban algo, … es común entre grupos de amigos oír que “sin mí en la oficina, no son nada”, dejando claro con ese comentario el escaso razonamiento para comprender que nadie es imprescindible, y esto por mucho que mis superiores me señalen que “sin mí ellos no podrían hacer nada”.
En definitiva, hay tanto del factor humano en el trabajo, hay tanto de lo que a diario se deja en el trabajo … la capacidad de gestión en la actualidad es vital y preponderante al momento de ejercer una función, nos guste, nos fascine, nos satisfaga o bien lo detestemos … el trabajo es una escuela … donde a diario se aprende, no solamente sobre materias relativas a la función, sino también a sobrevivir y convivir.

3 comentarios:

  1. Sigue con sus temas de contingencia , interesantes .. pero me asalta una duda ?? por qué nadie le postea ? yo no lo hago habitualmente ya que no alcanza mi inteligencia para ello..( no será que ud escribe para gente con mucha más inteligencia que quienes lo leen)... bueno era solo mi opinión..
    humildemente ..

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  2. Creo que el asunto es si las personas trabajan en su vocacion, en lo que realmente les motiva, les interesa, para sentirse plenamente realizados y satisfechos como seres humanos. Desafortunadamente, en muchos casos no sucede asi y muchos trabajan por necesidad. De ahi entonces la frustracion, la competitividad, el sentirse mejores que los otros a sabiendas que no lo son.
    En esta sociedad nuestra es muy importante el cargo que se ocupa y nadie, o casi nadie hara algo que considere este por debajo de su cargo o puesto o profesion. He ahi el problema.
    Maria Eugenia

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  3. Historicamente el trabajo fue relegado a la condición de castigo, naciendo de esa manera la esclavitud. Tanto griegos como romanos basaron sus economías en la esclavitud, pues consideraban al trabajo como algo indigno.
    Los cristianos vieron en el trabajo uan fuente de sobrevivencia y mantenimiento, porque lo relevante era la dedicación a Dios. Esa visión cambió con la Reforma Religiosa que le entregó al trabajo una connotación de alabanza a Dios y al éxito económico una forma de tener el beneplácito del señor.
    America Latina fue colonizadas por cristianos católicos que veían en el trabajo solo una fuente de sobrevivencia y que, en la medida de lo posible, debería ser realizado por otros,esa mirada hacia el trabajo se mantiene hasta nuestros días y explica en cierta medida nuestras reacciones frente a él

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